Tomar un sorbo de té negro nunca me había resultado más amargo que esa mañana. Cuando el sol, atravesando el velo de la ventana en mi cocina, saludó mi rostro cansado gracias a mi desvelo.
Me había artado de escuchar siempre los gritos delirantes mientras intentaba conciliar el sueño. Los golpes, las constantes pedidas de ayuda. Nunca me atrevía a buscar una solución al problema, porque me causaba terror a esas horas de la noche, donde todo era oscuro y tétrico. Aunque… nunca, hasta hoy.
El segundo sorbo me supo incluso peor, metálico, asqueroso.
Escupí la bebida y revisé el fondo de la taza, gruñendo al descubrir las salpicaduras de sangre en el fondo
Es lo que me pasa por matar a mi mujer con tanto desorden. ¿Ahora quién va a limpiar la casa?
~Microrrelato original de María Paula Tinoco, escrito para Radio Vox.
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