Me encuentro de pie sobre el borde de este puente.
Mi cabeza maquina distintas formas en que podría quedar desparramado en el suelo. Cómo las vísceras pintarían esa superficie rocosa del acantilado, donde antes circulaba un río fuerte y veloz, y ahora no quedaba sino tierra quebrada por el sol.
Mi cabeza indaga sobre si habría algún condenado montañista pasando, y al ver el show grotesco no podría sino devolver el contenido de su estómago y su bilis. Y es curioso, me atrevo a pensar, que mis labios se curven en una sonrisa dichosa al pensar en tremendo espectáculo y algún pobre par de ojos inocentes dando con él.
Porque sí, me había encargado de que todo pasara en un lugar solitario.
Bueno… Admito que mi esposa habría tenido una muerte mejor de no haberse topado conmigo.
~Microrrelato original de María Paula Tinoco, escrito para Radio Vox.
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Genial el relato!!!